Los solífugos, también llamados arañas camello, son un orden de arácnidos relativamente grandes que habitan en áreas tropicales de todo el planeta. Recuerdan a las arañas, con las que no guardan una relación directa, y de las que se diferencian por sus enormes quelíceros en forma de pinza y su cuerpo segmentado. Se conocen más de mil especies.
El tamaño del cuerpo de un adulto varía entre 2 cm y 7 cm, dependiendo de la especie. Todo el cuerpo y los apéndices están cubierto de pelos (sedas) largos y rígidos, que tienen una función sensorial. Los más largos se insertan sobre los pedipalpos y les sirven para tantear el ambiente. De acuerdo con el modelo más común en los arácnidos, el cuerpo está dividido en dos regiones o tagmas: prosoma y opistosoma. En el prosoma se articulan los apéndices, entre los que destacan los grandes quelíceros; el opistosoma, a diferencias de las arañas, está segmentado y carece de hileras. A pesar de su aspecto similar al de las arañas, esta criatura no es venenosa ni produce telaraña.
Los solífugos habitan regiones áridas y desérticas. Algunos son nocturnos (son los que dan su nombre al grupo: "los que huyen del sol") y otros son activos durante las horas diurnas, desplazándose rápidamente de una sombra a otra. Son carnívoros voraces que persiguen a la presa hasta sujetarla con los extremos adhesivos de sus pedipalpos, para lanzar luego rápidos y eficaces mordiscos de sus quelíceros. De esta manera son capaces de atrapar y devorar incluso presas armadas y potencialmente peligrosas, como escorpiones o avispas. A medida que despedazan la presa, la rocían con jugos digestivos, lo que facilita la posterior succión de los restos en una forma fluida, al igual que otros arácnidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario