Acari o Acarina comúnmente denominados como ácaros, son una subclase de arácnidos, aunque durante mucho tiempo fueron considerados un orden. Existen casi 50.000 especies descritas, y se estima que existen entre 100.000 y 500.000 especies que todavía no han sido descubiertas. La mayoría de los ácaros son diminutos y alcanzan unos pocos milímetros de longitud. Son uno de los grupos más antiguos de animales terrestres; se conocen fósiles del Devónico inferior, hace unos 400 millones de años.
Los ácaros tienen hábitats muy diversos y han colonizado casi todos los ambientes. Son en su mayoría depredadores, pero los hay fitófagos, detritívoros y parásitos; las garrapatas, por ejemplo, son hematófagas y son vectores de numerosas enfermedades infecciosas. Algunos ácaros tienen impactos negativos, incluso con implicaciones económicas, al ser parásitos de plantas, de animales (como las garrapatas de las abejas melíferas del género Varroa) y del ser humano (como el ácaro arador de la sarna), o el ácaro del polvo (Dermatophagoides farinae) causante de alergias.
La mayor parte de los especialistas reconocen tres grandes linajes de ácaros: los acariformes, los opilioacariformes y los parasitiformes, aunque los nombres utilizados para referirse a estos grupos han variado considerablemente. El cuerpo está dividido en dos tagmas o regiones. La región anterior, llamada gnatosoma en los ácaros parasitiformes y proterosoma en los acariformes, es pequeña y está delimitada posteriormente por una sutura; lleva los quelíceros y los pedipalpos, y las coxas de los cuales están fusionadas centralmente para formar el hipostoma. El tagma posterior, conocido como idiosoma (parasitiformes) o histerosoma (acariformes) lleva las patas y ha perdido todo rastro externo de segmentación. La alimentación se realiza primariamente a base de comida fragmentada, a excepción de algunos grupos derivados.
¿Cómo prevenir los ácaros?
-La aireación diaria de las habitaciones.
-Cambio frecuente de ropa de cama y colchones.
-La exposición de los colchones, ropa de cama y demás lencería del hogar al sol.
-El lavado frecuente a más de 60 °C (grados Celsius) de la ropa de cama, alfombras y tapices (o evitar estos últimos por completo).
-La aspiración de todos los elementos de la habitación con aspiradores especiales (no lineales), HEPA o con sistemas hidráulicos.
-La utilización de fundas antiácaros para los colchones y almohadas.
-Evitar animales domésticos, ya que son portadores de ácaros.
-El lavado frecuente de los muñecos de peluche (o evitarlos).
-Mantener una atmósfera seca, entre 50 y 60 % de humedad relativa y una temperatura inferior a 20 °C.
-Evitar acercamiento a lugares con depósitos de algodón, plumas o pelos de animales, los cuales acumulan y propician su desarrollo.
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